“Eres la Luz del mundo…” (Evangelio de Mateo 5:14)
Querido Amigo,
Las palabras de Jesús citadas por Mateo, en su Evangelio, afirman que somos “la Luz del mundo”, y hace una aguda distinción entre la luz común de la realidad planetaria diaria y el tipo especial de Luz biofísica que emana de la fuente espiritual o dimensión superior, que brilla en el mundo físico por medio de la conciencia superior o conciencia de Cristo. Hoy en día, en el mundo de las investigaciones científicas, en los niveles atómico y subatómico de la estructura material, los científicos europeos líderes, han ido mucho más allá de los microscopios estándar Zeiss, al usar una nueva tecnología que puede bajar nuestro ojo humano al nanonivel de las moléculas y al poder emisor de su luz.
El premio Nobel en Química 2014, fue otorgado a Eric Betzig, Stefan W. Hell y William E. Moerner después de haber pasado por alto una presunta limitación científica, que ahora permite a los científicos utilizar la fluorescencia de las moléculas para monitorear la interacción de las moléculas individuales dentro de las células. El microscopio óptico mejorado ha transmutado la microscopía a la nanoscopía¹. Esta tecnología subraya la absorción de la luz de una sola molécula, medida por Moerner en 19892.
En el contexto del análisis comparativo, la entrega de este Premio Nobel representa un nuevo nivel en el reconocimiento de la bioluminiscencia humana, en un nivel de las microinteracciones que están sucediendo. Se puede argumentar que existe una conexión real entre la biofluorescencia de la luz que tiene lugar dentro de cada célula (hasta las partículas subatómicas), en el último escalón de la evolución molecular basada en humanos (Claves de Enoc®, Clave 317), con un circundante diseño Evolutivo Superior de la vida. Hace cuarenta años Las Claves explicaron la diferencia entre la “luz” evolutiva y la “Luz” evolutiva superior (ver glosario), llamada “Luz Metatrónica” y Luz superlumínica, que proviene de los Maestros de Luz y afecta a todos los niveles humanos de la vida. En resumen, Las Claves enseñan que hay un entrelazamiento de luz preciso, de diferentes espectros de energía, sucediendo en nuestro cuerpo y que cada uno de nosotros puede utilizarlo para expandir los procesos de la vida a través del pensamiento espiritual positivo desde el aura alrededor de nuestra cabeza hasta la micro nanoactividad de cada molécula de nuestro cuerpo.
Esta investigación parece ayudarnos a confirmar la Clave 315: 125, que demuestra que “somos biotransductores de energía”, dentro de nuestros cuerpos; con la capacidad de recibir “la Luz de Metatrón y de Uriel [seres superiores de Luz] para llevar a cabo una amplia categoría de funciones biológicas que incluyen las transcripciones de energía de la Luz. Esta es la razón por la que Metatrón hace hincapié en las moléculas básicas de la célula en el [ciclo del ATP o] modelo de transducción de energía tripartita…”, para nuestra evolución futura.
En concreto, hay una interacción directa entre los patrones de flujo de la luz electroquímica en nuestro cuerpo y un proceso de Luz superlumínica, que está por ser entendido todavía. El uso y el entendimiento de esta Luz que proviene de las estructuras físicas y neurofísicas dentro de nuestro cuerpo, puede ser “la Luz” compartida con el mundo por medio de la energía espiritual. A través del desarrollo de nuestra conciencia y de la cosecha mental de nuestra luz, podemos aprender a expandir nuestra conciencia humana más allá de los acontecimientos locales a los campos no locales por medio de señales de luz focalizadas para ‘los necesitados’ en todo el mundo.
No obstante, Las Claves de Enoc® distinguen entre la luz (con ‘l’ minúscula) y la Luz (con ‘L’ mayúscula); la primera, se refiere a la luz del modelo Einstein-Lorenz o luz solar; la segunda, es la que procede de la Luz celestial en el Nombre del Padre. Enoc, también habla de esta Luz mayor que es capaz de bautizar en la concepción, a las células y a la estructura del ADN del ser espiritual, para crear y mantener el bienestar (Clave 1-1-5: 30).
Esta realidad de crear un sendero local para programar nuestro cuerpo humano, molécula por molécula a partir de una fuente no local o cósmica, se le ha ocurrido a científicos rusos y alemanes siguiendo un proceso superior de onda del ADN³.
A nivel individual, al elegir alcanzar esta Luz superior y al usar los Nombres Divinos que Metatrón enseña en Las Claves, podemos conectar la bioluminiscencia interior (cuerpo Gemátrico) a la Luz superlumínica (cuerpo Zohar) 4. De este modo, se requiere que transformemos nuestro cuerpo célula por célula, molécula por molécula, en ‘el Cuerpo de Luz de la presencia de Cristo’ o el verdadero cuerpo Sobreser, para transitar de este planeta a mundos de frecuencia más elevada. En consecuencia, cuando usamos y expandimos esta Luz en nuestro cuerpo por medio de la energía espiritual parafísica, empezamos a usar la Luz combinada de una manera maravillosa como un transductor ‘Crístico’ de la energía que fluye a través de nosotros desde el Universo a la experiencia humana de la Vida. Verdaderamente, somos ‘la Luz del mundo’.
With Love and Blessings,
¹ http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/chemistry/laureates/2014/popular-chemistryprize2014.pdf
² “Optical Detection and Spectroscopy of Single Molecules in a Solid,” by W. E. Moerner and L. Kador, Phys. Rev. Lett. 62, 2535 (1989).
³ Conversations between P. Gariev, F.A. Popp and J.J. Hurtak. Munich 2007 and Dornbirn, Austria, 2012.
4 Hurtak JJ and D.E. Hurtak, The Five Bodies. Los Gatos: Academy For Future Science, 1994.