Querido Lector,
Puede decirse que la mente es una grabadora holográfica de los eventos en la confluencia materia-energía del universo. Los sistemas vivos utilizan el campo electromagnético interno para pensar, para las formaciones del pensamiento, para el almacenamiento de la memoria a largo plazo y para el control celular profundo del cuerpo humano. Sin embargo, en nuestra breve estancia sobre la Tierra, tratamos de ordenar los eventos por medio de nuestro propio intelecto, de acuerdo a las percepciones del pasado, presente y futuro, pero a menos que vayamos más allá del simple intelecto hacia los “ordenamientos” de la conciencia, el universo no puede ser penetrado como una realidad objetiva real. La conciencia, como la variable oculta, produce el cambio, y no el intelecto. De otra manera simplemente existimos.
El universo puede ser abarcado en su universalidad entera sólo por las dimensiones de un intelecto cósmico. De otra manera tan sólo lo entendemos simbólicamente, como un matemático, limitando nuestra comprensión a un conjunto de un continuum tridimensional de espacio-tiempo. Debemos de cruzar la puerta de nuestro intelecto e intentar comprender el “traslapo de la conciencia” entre los muchos niveles de evolución, de los cuales somos una pequeña parte. La eventualidad de no sólo pensar acerca de la “mente universal” sino realmente trabajar con ella, abre la mente humana al orden implícito de la Creación.
A medida que experimentamos el siguiente milenio, la evolución científica y de conciencia comprenderán el “universo de terminación abierta” (Claves 101-103) y empezarán a comprender el “campo de terminación abierta” en donde el universo y las hiperdimensiones se unifican en la redefinición de la naturaleza subatómica de la vida. Fundamentalmente, con esta conciencia activa, empezamos a funcionar como una nueva clase de humanos/transhumanos. Aquí, toda la ciencia antigua y futura, comparten la misma longitud de onda a medida que el Alfa y el Omega se encuentran en el reconocimiento de nuestra estación de vida planetaria como una evolución pensante, en medio de la miríada de “campos pensantes” en los Muchos y Un Universos.
Llega a estar claro que la conciencia y la Energía Punto Cero (EPC) son dos manifestaciones del mismo fenómeno. A medida que caminamos más allá de las puertas de nuestro intelecto, empezamos a abrir la puerta y la ventana del ojo de la mente a la esencia de una Vida mayor, mientras reclamamos nuestra verdadera identidad como Seres de Luz en todos los universos. Aquí comenzamos a explorar los “aspectos desconocidos” de la Creación que se harán “conocidos” a medida que aprendemos a deslizarnos, a operar en, y finalmente vivir en el hiperespacio. Estos no son ‘campos de sueños’, sino verdaderos campos de vida que cohabitan dentro del Espíritu Creador que aún se cierne sobre la Creación continua (Génesis 1). Rompamos las fronteras de nuestra visión tridimensional limitada y abramos nuestra conciencia, a medida que cruzamos el umbral de la energía punto cero, para comprender por qué los sistemas vivos fueron diseñados para ser una red de inteligencia y por qué hemos de operar libremente dentro de “La Casa de Muchas Moradas de nuestro Padre”.
— J.J. Hurtak, Ph.D., Ph.D.
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