Querido Lector,
La madre naturaleza está poniendo al mundo científico de cabeza. El verano pasado en Norteamérica las ondas de calor devastaron y destruyeron los suministros de alimentos vivos para el ganado. A mitad del verano los granjeros estaban alimentando al ganado con ‘heno’ porque no tenían suficiente pasto en los terrenos. Al mismo tiempo los monitores de la vida marina advirtieron que la tendencia de la corriente del océano provocaría la muerte de más del 60% de la vida marina en el mundo para el 2050. Además de esto, el agujero de ozono de la Antártica está aumentando al tamaño más grande que jamás se haya registrado. Aparte de las sensaciones de los nuevos pronósticos, el perfil demográfico del incremento poblacional aumenta con los cambios climáticos, la hambruna masiva será desenfrenada para la mitad del siglo 21 si no hay avances técnicos de ciencia futura. Los científicos han obtenido un triunfo considerable en lo que alguna vez fue estimado un arte imposible -reconstruir la historia de la atmósfera de la Tierra en el oscuro pasado. Ahora pueden analizar más de quinientos millones de años. Los científicos han aprendido sobre el clima cambiante gracias a las muestras de hielo, suelo y rocas que han revelado alarmantes pistas de plantas fosilizadas y de criaturas marinas. También han obtenido información de los modelos computarizados que predicen cómo es que los fenómenos del tipo de rocas erosionadas y los volcanes que hacen erupción han alterado el medioambiente terrestre.
La cuestión es si los descubrimientos respaldan la visión determinada del calentamiento global. Un lado, ejemplificado en el reporte del Reino Unido de Nicholas Stern, predice una amenazante crisis de calentamiento planetario y un colapso económico, si el mundo falla en enfrentar de inmediato el cambio climático; el otro lado, ve el aumento de la temperatura más como una molestia que como una catástrofe. Muy pocos, si es que nadie, se atreverían a negar el ‘calentamiento global’. La pregunta más amplia es qué tan peligroso será o si es parte de un ciclo planetario natural. A pesar de sus propias creencias, los efectos están presentes.
De acuerdo con los registros de las N.U. (2005) 1.2 de los 6.6 miles de millones de humanos sobreviven con menos de un dólar por día. Una trágica cifra de 2.9 miles de millones de seres humanos viven con menos de dos dólares por día. La tragedia continúa con 800 millones de iletrados en las naciones en desarrollo, de los cuales 538 millones son mujeres. Esto significa que un largo porcentaje de las “naciones en desarrollo” están privadas del derecho a participar en el estilo de vida que muchos dan por sentado en la madre tierra.
¡Necesitamos volver a pensar las cosas! La evolución de la moral para la responsabilidad global requiere volver a pensar con respecto a las áreas de energía y también de la conciencia. Necesitamos volver a pensar nuestra ética global. Necesitamos ponerle atención a las advertencias que nos están mostrando evidencia de civilizaciones previas que aparecieron y desparecieron muy rápidamente del planeta tierra. Necesitamos, urgentemente, volver a poner en perspectiva el “propósito de la vida” y regocijarnos al ser conscientes de ayudar a ‘toda la vida’. Con esto comprenderemos que nuestro planeta es la casa que nos fue dada para cuidar dentro de la más Grandiosa Casa de Muchas Moradas.
— J.J. Hurtak, Ph.D., Ph.D.
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