Querido Lector,
El clima cambiante en la región del Ártico ha elevado 3°C (5°F) la temperatura en el área, por arriba de lo normal en los últimos cuarenta años. Esta parte del mundo ha registrado el cambio más dramático por el derretimiento, 10 veces más rápido que en cualquier otra parte del mundo, de la masa de hielo del Ártico —un derretimiento de 100 mil millones de toneladas de hielo por año. Si toda la estructura de la capa de hielo en la región del Ártico se derrite podría provocar una elevación del nivel del mar no tan sólo a 30 cms, (nivel mínimo), sino a más de 2.10 mts para el final del siglo, de acuerdo a muchos expertos. El pequeño pueblo Brasileño de Atafona ya está siendo tragado por el océano y hay 183 edificios destruidos.
Una ‘alucinante farsa’, podrían decir muchos, aunque el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) reveló proyecciones científicas que consideraban los cambios medioambientales en tierra, mar y aire. La información, sin embargo se ha convertido, de acuerdo al International Herald Tribune (n. de t. periódico) (November 19, 2007), en una ‘subestimación de la realidad cambiante’ aun antes de su publicación.
En nuestro trabajo futuro cada uno debemos de crear una dirección positiva nueva para el planeta. Debe de haber un esfuerzo creíble y considerable de nuestra parte que esté dirigido a los recursos alimenticios y de agua y a la comprensión verdadera de lo que significa una comunidad. No se trata tan sólo de comprar un pedazo de tierra en algún lugar, sino se trata de aprender a trabajar y a compartir en unidad. Hemos sido antropocéntricos (el hombre como centro del universo), abandonando los otros aspectos del mundo en el que vivimos. Nuestra acostumbrada mentalidad de explotación y competencia a lo largo de la mayoría de la ‘era industrial’ tiene un origen muy temprano en nuestra historia: Aristóteles dijo que la ‘naturaleza hizo todas las cosas para el beneficio del hombre’, indicando una equívoca perspectiva de que las cosas que no son humanas y que existen solamente para prestarnos servicio.
La Nueva Era está produciendo un despertar brutal. Al mismo tiempo estamos aprendiendo a ser más sensibles con la Madre Tierra en general. Esto nos está llevando al entendimiento de cómo trabajar en armonía entre nosotros y con nuestro medio ambiente.
No sólo estamos aprendiendo a ser administradores sino que estamos entendiendo que hasta la más pequeña reducción de árboles o el más pequeño esfuerzo por plantarlos, multiplicado por los millones de personas del planeta, puede cambiar fácilmente el clima en nuestra región. Mientras que las comunidades más pobres son obviamente vulnerables a los impactos del cambio climático las más ricas también lo son porque tienen todavía más que perder.
Las olas de calor y las sequías están afectando ciertas regiones mientras que se registran precipitaciones más fuertes de lo normal, resultando en inundaciones que están afectando a otros, algunas veces, con temperaturas congelantes. Mencioné todo esto hace más de treinta años cuando publiqué la versión con ilustraciones de EL Libro del Conocimiento: Las Claves de Enoc® en 1970. Las Claves contemplan un futuro más grandioso para toda la humanidad y nos dicen que debemos reclamar nuestra primogenitura para participar en las lecciones del planeta Tierra como custodios y cosechadores de la “Madre Tierra”. Anticipándonos a los cambios más plenos y al cumplimiento de Las Claves, tomemos seriamente las señales que estamos presenciando y que nos invitan a participar más plenamente en la Casa de Muchas Moradas de Nuestro Padre.
— J.J. Hurtak, Ph.D., Ph.D.
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