Querido Lector,
Abundan las teorías en cuanto a cuándo comenzó la vida y cuán larga debería de ser la vida humana. Comenzamos a darnos cuenta de la flexibilidad de los paradigmas evolutivos. Los colegas de la NASA que estudian la longevidad humana sugieren que sería apropiado considerar un lapso mayor de vida, unas cuatro a cinco veces más, de los años que le toman a un humano alcanzar la madurez física plena. Si se piensa que esa edad está alrededor de los 25 años, entonces, según el nuevo entendimiento que surge de la teoría genética y a partir de cambios positivos en el estilo de vida, esperaríamos que la vida útil de nuestros niños fuera de 100 a 125 años. Esto significa que los seres humanos están diseñados para vivir más de lo que actualmente esperamos, tal vez no tanto como los patriarcas antiguos quienes se dice que vivieron hasta 700 años o más, pero deberíamos de ser capaces de vivir tanto como las personas que actualmente habitan la región del Cáucaso del sur de Rusia, las montañas del sur de Ecuador cerca de Vilcabama o las comunidades isleñas del sur de Japón como Okinawa. Recuerdo haber visto a hombres de 110 años de edad en Ecuador y en Okinawa trabajando en los campos gracias a su dieta y al hecho de beber agua potable pura.
Las bacterias y otras formas de vida pueden vivir mucho tiempo. Quizás uno de los experimentos más vanguardistas fue realizado por Stanley Miller, cuando mezcló los químicos que se encontraban en la tierra primordial añadiéndoles electricidad para simular un relámpago. Esto provocó la formación de cinco aminoácidos. Jeffrey Bada, quien fuera por más tiempo el estudiante de Miller, y su equipo, siguieron con el experimento para producir 22 aminoácidos. Su investigación demostró que a partir de la mezcla de cianuro de amoníaco congelado se combinaban bases nucleótidas, que son los componentes básicos del ARN y del ADN – además de los aminoácidos – y así podían solidificarse los componentes básicos de las proteínas.
Faltaban varios pasos desconocidos para la creación de la vida a partir de las bases nucleótidas y de los aminoácidos básicos. Jerry Soffen, líder de un equipo del Laboratorio de Propulsión a Chorro en California, dijo una vez: “es difícil imaginar cómo estas cosas pudieron haber pasado. Una vez que se llega al punto de un organismo individual que tiene genes, la evolución toma el mando. Pero los primeros saltos — esos son muy misteriosos”. Al estar hablando con expertos de JPL que supervisaban el análisis de las sondas en Marte, me di cuenta de que eran conscientes de la posibilidad de encontrar compuestos orgánicos antiguos, posiblemente capaces de autorreplicarse.
Sin embargo, no siento que esto signifique que la vida surgió de la nada, sino que significa que la vida es parte de un orden perfectamente diseñado de cosmogénesis que existe en todo el universo. Han habido avances médicos recientes en la medicina regenerativa de miembros y órganos humanos. La investigación realizada por el Ejército Estadounidense en el cultivo de tejidos, como se vio en el canal CNN (el reportaje de Barbara Starr en 2008), le da esperanza a quienes necesitan nuevos miembros. Los informes del doctor Fritz-Albert Popp en la Conferencia Génesis 2 en Alemania – en donde La Academia para la Ciencia Futura participó – brindan un gran entendimiento, ya que analiza la energía de los biofotones dentro de nuestro sistema. Consciente de los descubrimientos del nuevo ciclo de la vida que está ante nosotros, avancemos hacia la Casa de Muchas Moradas del Padre.
— J.J. Hurtak, Ph.D., Ph.D.
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