Querido Lector,
La percepción remota como una nueva ciencia ha vivido por más de 30 años en el terreno de lo que uno podría llamar el atisbo del ojo electrónico, usando las delicias de la tecnología para ver el diseño minucioso desde una perspectiva global. Ha batallado constantemente de manera casi invisible al público comercial. Pero ahora, después de mucho tiempo, el mundo exterior o un creciente segmento de éste, está empezando a darse cuenta de que esta tecnología es útil, notablemente versátil y potencialmente de gran valor para ver las fuentes no accesadas de minerales, vegetación y energía, así como la recuperación de las primeras pistas de la historia de la humanidad.
Ya sea en regiones áridas como el Sahara en Egipto o en los desiertos de Tierra Santa, las señales de radar pueden penetrar en la arena para encontrar las evidencias de la residencia humana previa. Aunque no está adaptado de iagual manera para detectar características por debajo de la superficie en áreas tropicales, el radar puede penetrar incluso la cubierta de nubes y vegetación, para detectar estructuras hechas por el hombre. Un buen ejemplo de esto es el hallazgo reciente en las junglas remotas de Camboya. El análisis preliminar indica un extenso grupo de asentamientos antiguos que cubren un área de 4,800 kilómetros cuadrados (un kilómetro cuadrado es alrededor de 0.4 millas cuadradas) alrededor de Ankara. Un complejo muestra decoraciones en más de 60 templos budistas que datan del siglo 9, incluyendo los monumentos del Templo de Ankara y el Banyan. Se cree que albergaron alrededor de un millón de personas antes de que fueran abandonados en el siglo 16.
Se están empezando a desarrollar tanto un libro de historia que está en crecimiento como una guía de preservación, ambos de caracter genuino, para explorar a la “Madre Tierra” por medio de nuevos instrumentos de detección remota. La industria, sin embargo, ha llegado al punto de cruce en que el mundo técnico — con frecuencia, para el desconcierto de la comunidad científica tradicional — tiene que empezar a aprender acerca de los hábitos y de las buenas costumbres de la gente indígena. Es decir, a medida que alcanzamos las nuevas fronteras para proteger el medio ambiente mundial, la percepción remota nos ayuda a “pensar de manera global y a actuar de manera local” al aplicar nuevas fuentes de fotografía aérea, para las naciones en desarrollo que son demasiado pobres como para tener la tecnología a la mano y examinar los bosques tropicales y los suelos.
El reto aquí es la conciencia necesaria que debe de coincidir con los ojos y los oídos de la percepción remota. Sin una ética global firme de respeto y apoyo a la gente indígena, su importancia puede ser borrada. Las Claves® hablan de las tribus indígenas como las guardianas de los lugares sagrados. Aquellos que entienden los valores de las reservas ambientales remanentes del mundo deben de empezar a ocuparse del mundo tecnológico y político. Debemos de buscar una genuina política ambiental de la Tierra que avive las relaciones entre la ciencia, la cultura y la religión, y elimine la destrucción de los pequeños reinos de especies inocentes, que ilustra la importancia de los muchos en la enseñanza de Cristo de “la Casa de Muchas Moradas”.
— J.J. Hurtak, Ph.D., Ph.D.
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