Querido Lector,
Vivimos en tiempos sorprendentes. La nueva década del siglo 21 representa un contraste respecto a la inercia del orden estático de la existencia inconsciente, volteándose ahora hacia la búsqueda de las dinámicas de la vida. El finado Francis Crick, descubridor del ADN, insistió en el enfoque de definir la conciencia sobre la base de los mecanismos neurológicos subyacentes a la conciencia, negando la existencia de un plano o Mente superior. Crick afirmaba que para poder entender a la conciencia, debíamos de averiguar en dónde se localizan las células responsables para determinar la conciencia. Parecerá extraña la idea de que la conciencia puede estar agrupada dentro de, ya sea una o múltiples áreas del cerebro, pero esta conjetura se está tomando muy en serio por varios científicos que buscan el asiento de la conciencia.
En un nivel más sutil, un gran físico del último siglo, Max Planck, al demostrar que las emisiones de energía del universo no son continuas sino que existen en paquetes de ciertas cantidades —por ello el nombre de ‘cuanta’— alentó a nuestra necesidad de buscar mecanismos de energía individuales en vez de buscar la totalidad. No obstante lo anterior, Roger Penrose y otros ahora hablan de “la conciencia cuántica”, la cual, por su solo nombre, limitaría a la unidad o a la integridad de la conciencia, reduciéndola a un grupo colectivo de neuronas. Sin embargo, apegándonos a una visión holística mayor de la naturaleza, este mismo término ha tomado una nueva definición, en dónde los mecanismos subyacentes al fenómeno mecánico cuántico se toman como un todo y no como partes para el alojamiento de la conciencia.
Para poder expandir esta teoría aún más, debemos de investigar los debates entre los físicos, los psicólogos y los pensadores espirituales, quienes han llegado a lo que se ha llamado la Mente Cuántica. Burkhard Heim, un reconocido físico alemán, ha sido uno de los pioneros de la física cuántica y de la conciencia, conectando tanto la física como la conciencia a una Mente Universal o Dios. Comienza por explicar que la conciencia funciona como un campo de resonancia en múltiples niveles. Burkhard Heim perdió sus ojos y sus manos durante la tragedia que fue la Segunda Guerra Mundial, pero llegó a ser uno de los grandes de la física por medio del poder de su mente, dictando página tras página de teoremas matemáticos a su dedicada esposa. En esta edición, compartimos uno de los primeros diálogos entre Heim y este autor sobre la nueva física.
Teniendo en mente lo expansivo de la “mente cuántica”, nos encontramos participando en lo que se podría llamar una “segunda llegada” de la ciencia, o la segunda llegada del redescubrimiento. Una nueva conciencia de la “humanidad Adámica” empieza a emerger en la combinación de los poderes latentes de la mente con la supermente. En un mundo de vastos cambios y nuevos descubrimientos, podemos encontrar a la conciencia superior para experimentar la experiencia humana y la Divina en la Casa de Muchas Moradas.
— J.J. Hurtak, Ph.D., Ph.D.
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